martes, 12 de abril de 2011

El paralelismo entre la demanda de profesionales y la Universidad Pública


¿Cuál es el rol que debe ocupar la Universidad Nacional Argentina en pos del desarrollo económico del país?

¿Debe incentivar carreras que, se dicen ser indispensables para el crecimiento del país, por sobre otras?

Es palmario el apoyo económico del Estado y las Universidades a estudiantes con el fin de que ingresen a carreras más duras, por sobre otras.

Siguiendo a Augusto Pérez Lindo en "Desafios y Retos de la Universidad Pública" comenta que "la Argentina no tiene ningún déficit de recursos humanos profesionales. En cambio, tiene un serio déficit en la aplicación del conocimiento. A la Argentina no le faltan profesionales sino que le sobran...” refiriéndose a la exportación de profesionales argentinos. Lo paradójico es que ante la falta de ingenieros en Argentina, muchos de ellos buscan oportunidades laborales en el exterior. Sin embargo, a pesar de las difundidas evidencias de que ciertas ramas de la ingeniería tienen oportunidades laborales abiertas y en crecimiento, los estudiantes no terminan de volcarse a ellas. En la actualidad siguen faltando egresados en algunas aplicaciones como minería, geología, petróleo, al contrario de lo que ocurre en las carreras tradicionales.

No obstante esta situación, el Estado otorga becas, subsidios y estímulos para atraer estudiantes, y esto se puede corroborar en el presupuesto que la Universidad le asigna a determinadas carreras por sobre otras. La Universidad, a través de políticas educativas, pone especial énfasis al subsistema económico conservando una tradición eficientista y descuidando las restantes áreas, sean estas artísticas, científicas o humanísticas, que constituyen el subsistema cultural de esa sociedad, incentivando carreras duras por sobre carreras tradicionales.

La tradición eficientista surge por la década del `60 y coloca a la escuela al servicio del “despegue” económico: se acuñó al amparo de la ideología desarrollista, la cual postula la necesidad de llegar a la sociedad industrial “moderna” superando el estadio de subdesarrollo. El objetivo de esta filosofía social es llegar a ser una sociedad progresista, entendida como el estadio de progreso técnico. La educación se vincula de forma explícita a la economía, sea como inversión o como formadora de “recursos humanos” para los nuevos puestos de trabajo en la industria o el mundo de los negocios. En la década del 90 emerge nuevamente este discurso que opera dentro de políticas de globalización de la economía.

Sobrevila en el capitulo V de su libro “La educación técnica argentina” nos dice que la Universidad tiene que adaptarse a las nuevas configuraciones de pensamientos si se desea mantener el pensamiento argentino dentro del movimiento intelectual mundial. Afirma que hay que acoplar la universidad con el país, intelectuales que no sean distantes de la realidad, distante del sector productivo, que ésta institución se tiene que constituir en un servicio a la comunidad: universitarios cabales al servicio de la gente.

La formación del capital humano necesario, la incorporación del conocimiento científico y la innovación en los procesos productivos contribuye al desarrollo de la competitividad de la economía argentina. Desde esta perspectiva, en la Universidad de La Plata, se establecieron 143 carreras consideradas estratégicas para mejorar la formación de recursos humanos en áreas claves para el desarrollo del país. Entre ellas, y con particular énfasis, se ha trabajado sobre la formación de agrónomos e ingenieros para mejorar la calidad de formación según estándares internacionales. Se busca así una formación moderna que resulte en un eficaz apoyo a la recuperación sostenida del sistema económico, la competitividad de la producción y la mejora del perfil exportador de nuestro país.

La propuesta de ejercicio presupuestario 2010 incrementó fuertemente la partida para programas, subsidios y becas de Ciencia y Técnica en 2,7 millones de pesos: hubo 10,1 millones para ese renglón. También la partida de Seguridad y Emergencias Edilicias, que obtuvo un aumento de 1,5 millones. La distribución de los recursos permitió consolidar los incrementos en Subsidios de Proyectos y Programas de Extensión con 360 mil pesos más que el año anterior, lo cual apuntala la iniciativa de priorizar este pilar de la función universitaria.

Se observa que las Ciencias duras: Ingeniería, Ciencias Exactas, Ciencias Naturales y Museo, e Ingeniería se les asignan mayor presupuesto a medida que transcurren los años. Sin embargo, carreras como Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodismo y Comunicación, Trabajo Social no se ha incrementado notablemente el presupuesto.

A modo de cierre, la ideología dominante, la política de estado que se ocupa del progreso y desarrollo del país, ha puesto especial énfasis al subsistema económico conservando una tradición eficientista descuidando las restantes áreas, sean estas artísticas, científicas o humanísticas, las cuales constituyen el subsistema cultural de esa sociedad. Si ellas funcionaran de modo imbricado, permitirían mejorar la calidad de vida de la población brindándole mayores herramientas que le permitan elegir dentro de las posibilidades existentes el mejor destino de sus vidas.

De Maria Lucila Spotorno

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